Ey, kids

 [eyey, kids]


 

[ey, kids]

 

La familia es lo primero.

Una familia, muchos estilos.

En las familias modernas, cada miembro tiene su estilo particular.

A veces sus outfits extravagantes nos dejan sin palabras,

¡pero les queremos igual!

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Resurge. Sal al aire libre.

Ya es primavera.

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Compra un novio.

Que no te coja de la mano.

Compra un novio.

No lo invites a casa,

que igual deja el cepillo de dientes

que igual te deja el bote de Cola-Cao pa’l desayuno

y se queda.

Haz click.

Compra edredones, percheros montessori para colocar a la altura del niño.

Compra lechuga en bandejas individuales,

que no sean muy grandes, que luego se pudren.

No recuerdas cuándo preparaste la última cena

para dos, para tres, para quién fuera

[JesuCristo, si me apuras].

 

Compras productos precocinados para tu hijo.

No hay tiempo. Come, bebe, vamos a la escuela.

¡Corre, que no llego!

Ahora no, que tengo que trabajar.

Ponte el pijama.

 

Tu hijo toma un camión y lo esconde en la cama.

Ya te he dicho que en la cama no metemos juguetes.

O peluches o cuentos.

Juguetes, no

[objeto de transición, lo llaman.

Algo sin vida y frío a lo que poder aferrarse.

Una tabla.

Un salvavidas.]

Te preguntas cuándo empezaste a ser un monstruo.

Dónde comenzó, como por arte de magia, la transformación.

A partir de qué clavo de entre todos los que conservas clavados en el centro de la mano.

Céntrate, resetea: la familia es lo primero.

Aunque las familias nos dejen sin palabras.

Porque tienen su estilo,

su outfit particular.

 

Dices mi hijo y algo se te rompe bien dentro.

Piensas que él también tendrá un novio, una novia, una crisis de identidad.

Lo normal.

Que pensará en tener descendencia.

O no.

Lo normal.

Que pensará en tener una relación.

Algo casual.

Lo normal.

Algo que quepa en el bolsillo de la derecha.

Algo que nadie vea,

por si las moscas.

Él, ante todo, escogerá ser libre.

No me ralles.

En el bolsillo izquierdo, el móvil.

Un móvil con muescas que cuidará como si fuera su corazón latiendo

pum pum pum

un móvil por el que sostendrá sus pantalones al hacer pis,

no sea que se le vaya a escurrir por la taza.

Visto.

Visto y no respondido.

El azul de las flechas rabiando en los ojos.

Visto.

Jajajaja. Emoticono con lengua fuera.

Salvoconductos con los que evitar la respuesta.

 

Un día alguien, en un acto desinteresado de generosidad,

sentirá ternura,

retirará con los dedos, suave,

una garrapata que chupa y que chupa

y que engorda insertada en tu hijo desde hace unos días

e hincará la uña para partir en dos al animal

[quizás estuvo ahí desde el principio

cómo saberlo].

 

De ahí brotará la última gota de sangre que ataba su cuerpo a lo humano,

y entonces ya

desangrado

vacío

el último mortal

el último niño sobre la faz de la tierra

tomará impulso

y se lanzará al abismo.

 

VOZ EN OFF: Las autoridades no se hacen responsables de lo que pueda encontrar en las profundidades abisales.

 

Ante la duda,

dígale que evite leer la letra pequeña y

que haga click.

La familia es lo primero.

Una fam

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